jueves, 9 de enero de 2014

Días como hoy

Sin saber como había llegado allí, se encontró en el centro de la vorágine. En ocasiones solía disfrutar de la música que sus dedos dejaban escapar las tardes de invierno. Un "la" y un "mi" se colaron por el quicio de la puerta y abandonaron su acorde sobre la mesilla de noche; aunque él quería componerte el mundo, en cambio, se quedó sentado imaginando cómo éste te compuso a ti. En algún lugar escondido de enero perdió el ritmo de las horas; los minutos se amontonaban en el cajón de tu ropa y los segundos miraban su reloj esperando que volvieras.

Porque hoy más que otros días las palabras se arrinconan en las esquinas de las casas vacías.