jueves, 5 de julio de 2012

Enero del 95



Entró en la estación de tren de aquella pequeña ciudad en la que parecía que no había pasado el tiempo, sólo cuatro personas esperaban sentadas en un banco oxidado a escasos metros de la ventanilla, a medida que caminaba sentía más pesados los pasos, se acercó a comprar su billete, un hombre de unos cuarenta y pico estaba tras el cristal, le faltaba pelo y sus arrugas marcaban un rostro trabajado por los años (probablemente la mayor parte de ellos encerrados en aquella oficina con escaparate), pidió un billete, un billete a enero del 95 sólo ida.

Sigue en aquella estación esperando el tren que lo lleve al pasado.




1 comentario:

  1. Me gusta ver que hay cosas de ti que aún no conozco. Sigue escribiendo :)

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